Los cambios tecnológicos han sido tema de discusión desde hace poco
tiempo atrás.
Las empresas, universidades y
colegios han sido reflejo de esta transición. El ordenador y el móvil se han
convertido en una prolongación de nuestro cuerpo , y en especial el teléfono
móvil. Cuando te levantas, lo primero que haces es mirar el teléfono y echar un
vistazo a las redes sociales como Twitter, Facebook y Tuenti. Constantemente
estamos conectados, de manera voluntaria o no, es necesaria la utilización de
estos nuevos recursos. Un ejemplo de ello , son las señoras mayores ‘las
abuelitas’ que se han unido a la moda de llevar móvil encima, aunque sea
colgado en el cuello.
Estas nuevas tecnologías
presentan grandes ventajas como, facilitar la búsqueda de información , poder realizar cualquier compra por Internet sin necesidad de salir de casa, o comunicarte
de forma instantánea sin tener que gastar un céntimo de tu dinero.
Pero también presentan una serie
de inconvenientes como es la perdida de las relaciones sociales entre las
personas, en algunas ocasiones supone una distracción con el uso de Internet y
lo más importante la adicción. Es treméndamente altísimo el porcentaje de adicción
de las nuevas tecnologías sobre todo con el móvil. Es casi imposible prescindir
de este aparato, aunque solo fuese por un día , y de ahí que nadie quisiese
hacer el ejercicio de entregarle el móvil a la profesora durante una semana y vivir esa
experiencia.
De acuerdo a todo lo explicado
anteriormente, me hago la siguiente pregunta ¿Dependemos de la tecnología, o
la tecnología depende de nosotros?
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